miércoles, 4 de abril de 2012

Para entender a los caballos hay que comunicarse con ellos

La etologia esta muy poco utilizada y no se emplea como herramienta para desarrollar nuestro trabajo con los caballos, sea cual sea nuestra disciplina. No entendemos lo que nos dicen los caballos, no entendemos si estan tristes, si tienen hambre, si se sienten amenazados por otro semental que acaba de llegar a la cuadra, ¿porque se vuelven agresivos? ¿porque esos cambios bruscos de carácter?, a veces están muy atentos y otras no hay quien los concentre.
¿Porque no sabemos distinguir la timidez en un caballo con el miedo que pueda tener a algo que tampoco sabemos que es?
¿Porque se nos ha olvidado que los caballos están vivos, tienen sentimientos, sufren, se alegran, están de buen humor o les duele el estomago?
¿De donde habrá salido esta cultura ecuestre que nos enseña a tratarlos como bicicletas que se aparcan el domingo por la tarde en un box para volver a darles la paliza el siguiente fin de semana galopando sin cesar en al campo hasta agotarlos?
¿Porque obligarlos con tres años de edad con serretas, bocados, riendas auxiliares a que sufran el sometimiento del ser humano abusando de su buena fe?
Falta de cultura ecuestre, falta de comunicación, falta de entendimiento del lenguaje de los caballos, falta de experiencia en ese tipo de comunicación con los caballos y falta de técnica.
parece fácil, pero es tremendamente complicado. Cuando más crees saber, mas preguntas surgen, cuando mas experiencia tienes, mas distinto es cada ejemplar y las pequeñas diferencias se pueden apreciar con claridad. Cada caballo es un ser vivo y hay que mirarlo como a individuos distintos unos de otros. ¡Unicos!, en lo bueno y en lo malo.
Todos los padres y los sistemas educativos son violentos, porque no se tiene en cuenta al individuo. Los recién nacidos son sencillos, pizarras en blanco en las que padres, profesores, educadores, escuelas, universidades, etc...,no paran de escribir. Todo el mundo se empeña en que seas alguien importante en la vida, sino, no habrá valido la pena vivir.
Lo mismo sucede con los potros. Llegan con dos años y medio a la cuadra de algún profesional y hay que empezar a escribir encima. hay que empezar a embutir la información lo mas rápidamente posible. Hay que trabajar a la cuerda sin pensar si su dorso y su mente están preparados para ello. El propietario quiere verlo ¡ya! montado en la pista a los tres aires, redondo y sin problemas, y hay que ir rápido para que los propietarios del caballo estén contentos con los resultados. De nuevo, situaciones provocadas por el desconocimiento del caballo como ser vivo. Nos empeñamos de hacer del potro algo que quizás no va a llegar a ser nunca. Pero quizás podría llegar a ser otra cosa muchisimo mejor que no tiene nada que ver con los planes que nos trazamos ese día que lo vimos nacer en la cuadra.
¡Pobre potro! nadie le ha preguntado a él si eso es lo que quiere hacer. Como dice Dany Pevsner, especialista en técnica Alexander y gran conocedor de la mente del caballo: "El caballo no tiene ambición de ser montado." ¡Cuanta razón tiene!; de entrada el caballo ve violada su intimidad. Le imponemos una serie de normas preconcebidas, porque hay que pasar por ahí para llegar a ser un buen caballo de Doma, de rejoneo, de campo, de paseo, etc. Alguien nos ha dicho que un potro debe hacer todo eso para que este bien domado.
De repente, gente a la que apenas conoce en un sitio al que acaba de llegar, lo sacan a la pista con un montón de artilugios, trallas, fustas, gritos, arreones que no entiende y debe sobrevivir a todo ello. debe intentar entender que pasa. Los caballos con mucha clase son los que mas sufren esta falta de experiencia y esas ordenes, que en la mayoría de las ocasiones suelen ser contradictorias.
No nos hemos parado a analizar primero, como es ese caballo, que medios tiene, como es su dorso, tendrá fuerza en los riñones, sus espaldas, ¿como son sus espaldas?, ¿tendra buenos cascos?, ¿me entiende, o se lo repito de otra manera?, a la edad que tiene ¿esta formado suficientemente para hacerlo trabajar o nos esperamos unos meses?, ¿salimos al campo a muscular el dorso o sigo en la pista peleando con él para que se reuna en el galope?. Y su cabeza, ¿como esta psicológicamente hablando?, ¿esta receptivo?, ¿esta enfadado con nosotros?, ¡nos entiende?, ¿puede entender todo lo que le estoy diciendo que haga?, ¿tiene fuerza en la cabeza y en su físico para hacer lo que le pido?. Tantas y tantas preguntas de nuevo con la misma respuesta.
Estoy cansado de ver cuidadores que enseñan a los potros con una serreta agresiva, a un ayudante con una tralla arreando al caballo desde atrás y sujetando al caballo al trote impidiendo que vaya hacia delante con la mano, no vaya a ser que se escape o que trote, azuzando con la tralla por detrás para que lo haga con expresión. eso si, bien adobado con gritos, ruidos raros y plásticos blancos para que el pobre animal este mas brillante. Suele hacerse con caballos españoles, ya que tienen tan buen carácter, siendo con esta raza con la única que se suelen ver estos tratos. No creo que se atrevan de igual manera con Pura sangres, caballos alemanes u holandeses con clase. Acatarían estampados en la copa de un pino y seguramente entonces, intentarían aprender de ello. siempre he creído que la buena cabeza del caballo español es un arma de doble filo. Ello ha estancado a la mayoría de cuidadores de ganado en una cultura ecuestre desprovista de una formación adecuada. Solo  analizando lo que nos dice el caballo, teniendo la mente abierta a ello, pensando lo que puede estar pensando, teniendo en cuenta que es un animal vivo, mejoraríamos el trato con los animales en todas partes.
El ego es justo lo contrario de tu verdadero ser. El ego no eres tú, sino el engaño creado por la sociedad para que te entretengas con esa baratija y no te plantees preguntas sobre lo verdadero.
Naciste con tu autentico ser. Después empezaron a crearte un falso ser: eres cristiano, eres católico, blanco, alemán, perteneces a la raza elegida por Dios, estas destinado a dominar el mundo, etc. Crean una falsa expectativa de quien eres. te ponen nombre y en torno a ese nombre crean ambiciones, condicionamientos.
Lo hacemos con nosotros mismos y también con los caballos. ¿Porque no abrimos nuestras mentes para intentar hablar con ellos, comunicarnos con ellos, entender su lenguaje.


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