jueves, 24 de mayo de 2012

Recuperación de la cria caballar tras la Guerra de la Independencia.

La Junta comisionada por el Supremo Consejo denominada de los cuatro generales, formada por los tenientes generales: Antonio Amar, Manuel Freyre, Fernando Cagigal de la Vega y Martinez Niño de San Miguel y Pacheco, 4º marqués de Casa-Cagigal y el mariscal de Campo Diego Ballesteros, expusierón sus conclusiones en cuatro puntos:
1º Que el excesivo número de ganado mular impide que prospere la casta de caballos, y trae otros perjuicios al estado. Pruebas de lo que abundaron antiguamente en España los caballos. Decadencia de estos.
2º Precisión de procurar pastos para la cria de caballos y medios de lograrlo. Usos de estas mejoras con las yeguas y potros. Perjuicios de la trilla violenta con las yeguas.
3º Necesidad de introducir yeguas y caballos extranjeros y reparto de uno y otro por provincias.
4º Medios indirectos de fomentar este ramo, y de destruir prudentemente el numero y calidad del ganado mular.
El excesivo número de ganado mular impide que prospere la casta de caballos, y trae otros perjuicios al estado. Prueba de lo que abundaron antiguamente en España los caballos. Decadencia de estos.
En este punto, la Junta informó al rey del error que suponia creer que sólo los caballos de Andalucia servian para el ejercito. Lo argumentaron citando a Plinio, que alababa a los caballos de Asturias y Galicia. A los de menor talla los denominaba asturcones y a los de mayor alzada fieldones, conocidos antiguamente como raza castellana. Aunque esa opinión fue refutada posteriormente por autores como Pomponio, Estrabón, Posidonio, Juan de Arrieta o Garsault quien, en 1741 mantenia que: "Los caballos del Principado de Asturias, son los más fuertes de toda España, y el segundo, que aunque hayan pocos caballos buenos en España, son excelentes para la guerra, teniendose por mejores para el picadero, los andaluces".
Los miembros de la Junta reconocieron que la Ordenanza de Carlos III (publicada en 1775) no habia dado el resultado esperado y se tuvieron que arrendar las dehesas para iniciar la remonta. Asimismo, recomendaron al rey que el pienso para los caballos se repartiese por peso del ejemplar, como se hacia en toda Europa -en España se realizaba con la paja. De esa forma se evitaria el engaño de algunos proveedores que daban al grano mayor volumen impidiendo que los caballos comiesen lo que tenian asignado. Pdieron que se ordenase dar a cada caballo diez libras de pienso al dia para evitar que , solo en unos dias de campaña los caballos se resintieran por falta de fuerza, como venia sucediendo.
En cuanto a la abundancia de ganado mular, la atribuian a que las clases sociales altas lo utiliuzaba para los coches de "colleras" y "pechera". tambien al uso del garañon por los manchegos para obtener ganado mular para sus diligencias, a lo que denominaron "muli-mania". Todo lo cual habia contribuido a la disminución de caballos en España. Por ello recomendaron que las mejores yeguas no se usasen para obtener mulas y que se intentara evitar que los murcianos fueran a Andalucia a comprar las mejores yeguas a mas de un tercio de su verdadero valor. Se intentaba impedir con esta recomendación que en Andalucia, donde estaban los mejores caballos, pasase lo que ya habia ocurrido en Extremadura, Galicia, Castilla, Aragón, Vizcaya, Asturias y Cataluña, lugares en los que habian desaparecido los caballos de calidad por el exceso de uso del garañon.

  Juan Carlos Altamirano

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